VIAJE A BOSNIA Y HERZEGOVINA

REPÚBLICA DE SRPSKA – LIPLJE | 167.244 KMS


Amanecimos en Bosnia, en la República de Srpska, territorio serbobosnio. Bosques frondosos. Cualquiera que viaje por el país podrá distinguir perfectamente la zona en la que se encuentra, si es la República o la Federación. Las banderas, los minaretes, las pintadas en las paredes y en las casas nacionalistas o religiosas y los recuerdos a los muertos serán buenos indicativos para saber que origen pueden tener los habitantes.

También podemos hallar souvenirs mucho más aclaratorios que no dejarán lugar a dudas; nosotros hemos podido comprobarlo en una tienda de comestibles. Como buenos serbobosnios tenían en exposición unas postales y fotografías de Ratko Mladić, El 22 de noviembre de 2017, fue declarado culpable del genocidio de Srebrenica, de crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra y sentenciado a cadena perpetua.

Hoy visitamos el monumento ideado por el mariscal Tito, en el parque natural de Kozarac. Es impresionante, haber construido en plena naturaleza semejante mastodonte de hormigón, verlo allí deja sin aliento. En el mismo parque se encuentra un pequeño museo de las guerras que ha padecido el pueblo yugoslavo (en el sentido más general); es interesante pero dura, muy dura, se recrean en la exposición de fotografías del padecimiento que sufrieron los que padecieron de forma violenta en los distintos capítulos bélicos.

La siguiente visita era al monasterio de Liplje , con intención de visitarlo y seguir hasta Maglaj. Pero la una fabulosa señal en la carretera, nos introdujo por un sinfín de caminos de montañas que se complicaron por momentos de manera preocupante. Por fin, después de una hora y entre medio de la maleza surgió la casa de un lugareño, que con toda su perplejidad, nos hizo saber que íbamos muy equivocados, suerte del diccionario serbio-croata-bosnio = castellano, que llevábamos.

De vuelta en la carretera, hemos vuelto a preguntar, y todas las indicaciones coincidían, eso nos ha tranquilizado. En fin, después de unos cuantos kilómetros, dimos con una indicación en cirílico que indicaba la dirección del monasterio. La carretera pequeña, pero bien asfaltada, nos ha conducido a Liplje. El monasterio es ortodoxo serbio de 1290, en el municipio de Teslić.

Nos hemos instalados en un pequeño prado enfrente del monasterio, los niños han jugado y después hemos ido a un colmado, estilo socialista, por supuesto; te venden una sartén, un pollo, unas pilas o cordones para las zapatillas deportivas, que ha servido para entablar conversación, intercambiar impresiones y comprar víveres de la zona. Cuando ha parado de llover (otra constante) hemos vuelto a la furgo a cenar, descansar y Alberto sigue con fiebre.

LIPLJE – SARAJEVO | 167.396 KMS

Después de tomar el café, que nos han invitado, paramos en Tešanj, famoso por su agua mineral y su castillo. Una construcción magnífica, ubicada en una colina que domina toda la población ofreciendo así, unas vistas fabulosas. 
Una vez entras en Maglaj se deja atrás la República de Srpska, para adentrarse en la Federación. Ahora se es consciente de las diferencias más que palpables entre la Federación y la República. La ciudad es mucho más sucia, destruida y decadente, es una evidencia de la existencia de dos países en uno.

Alberto no podía más, con cuarenta de fiebre, decidimos hacer una visita al centro médico. Con muy buena voluntad y poquísimos recursos, el médico del centro me examinó, determinó que tenía gastroenteritis.
Sin duda, la visita nos condujo a poder a constatar las diferentes realidades en las que vivimos.
Comimos en un bar cerca del centro, pedimos unos Ćevapi; ¡que horror!, no pudimos acabarlos, desde aquel preciso instante supimos que no los volveríamos a probar la famosa delicatessen, la bandera gastronómica de la región. Lo sentimos profundamente, no nos gustó. Visitamos su fortaleza ubicada en el casco antiguo arriba de un promontorio, que ofrece una vistas de una toda la ciudad, del contaminado río Bosna, y de parte del entorno natural que envuelve el núcleo urbano. Salimos de Maglaj, en principio teníamos que dirigirnos hacia Srebrenica, teníamos que recorrer 300 kms pero el estado de las carreteras, mezclado todo con la constante y corrupta presencia policial, nos hicieron desestimar la visita. Decidimos ir hacia Sarajevo.

Escogimos la carretera secundaria que conectaba Zdenik con Olovo, y este último con Sarajevo. La carretera nos conducía por estupendos parajes y estábamos disfrutando, hasta que…. la policía nos ha dado el alto. Nos ha multado. Resulta que con diez eurillos lo arreglamos. Gran parte de las carreteras de Bosnia están salpicadas de pequeñas núcleos urbanos que te obligan a ir a 40 km/h. Ellos siempre están ahí, con su pistolita, así que si no quieres que te multen tienes que ir a esa velocidad, sino te acaban enganchando más de una vez.

Veinte kilómetros más adelante otro alto policial. Está vez no hemos pagado un duro, pero otra vez hemos tenido que enseñar papeles y nos han frito a preguntas… empieza a ser molesto. Te sientes un poco oprimido. Para descansar y relajar la tensión, hemos parado en un merendero muy bonito, pero todo lleno de mierda (otra constante durante el viaje). En Bosnia la acampada es libre, pero es triste ver que el hombre, como denominador común, no sabe gestionar bien las libertades que posee.

¡Por fin! Después de cuatro horas y 150 km llegamos a Sarajevo. ¡Qué emoción! La ciudad sobre la que tanto hemos leído, visto en documentales; la ciudad que ha sufrido el asedio más grande de la historia de la guerra moderna, que tanto significa para muchos, está ahí ante tus ojos… 2.500 kms hemos recorrido hasta llegar a ella.

No obstante, la alegría dura poco. Las colinas, son la conciencia de que aquí sucedió algo tremendo; miles de personas murieron y su recuerdo perdura en forma de colinas cargadas de cementerios, es triste. Nos quedamos pensativos, la imaginación comienza a funcionar.

Encontramos el camping, gracias a ciudadano que se ofrece en acompañarnos hasta la puerta. Acampamos, el negocio es humilde y los servicios están descuidados. Aún así se agradece una ducha. Tenemos de vecinos a unos italianos en furgo, un danés en moto, un francés en AC y unos belgas en caravana con tres niños pequeños.

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