DELTA DE L’EBRE

Lo curioso del Delta, por lo que hemos podido comprobar, es que, o bien eres un experto en cuanto a geografía, o bien engaña bastante el tema de las distancias y el asunto del desnivel. A nosotros concretamente, nos deslumbró la topografía que nos indicó la guía de «Els camins de l’Alba . Serra de Montsià»,

También utilizamos el mapa de la Editorial Alpina.

Esta publicación de la editorial Alpina, es muy aconsejable para todos aquellos que tenemos hijos pequeños, por lo que respecta a nosotros hicimos cuatro excursiones, de los 20 itinerarios que propone la guía, y fueron dos en bicicleta y dos caminando; dos de ellas bastante «largas» y dos lúdicas y asequibles.

Sin duda otro aspecto a tener en consideración es la estación del año en el que acudir al Delta para practicar senderismo o cicloturismo, pues en verano no es la mejor época, básicamente por dos motivos: el primero el calor, que es insufrible y el segundo por los mosquitos, que sencillamente, es insoportable, aún llevando un buen repelente de mosquitos.

Comentando esto vamos a explicar nuestra experiencia que tuvimos en Semana Santa.

Llegamos el sábado a las 19.00 h y fuimos directamente al Far del Fangar, allí pegado a la playa aparcamos y pernoctamos junto a otras furgonetas. Es un sitio fantástico y solitario. Dimos una vuelta en bicicleta aunque corta puesto que se nos hizo de noche y paseamos solos por las dunas… que maravilla!!!!


Por la mañana, emprendimos el camino al faro que no es otro sendero que la misma playa sin una pizca de sombra… poco a poco llegamos al faro y disfrutamos de unos minutos de poca compañía (consideramos importante hacerlo temprano o muy entrada la tarde, porque a media mañana parecen las Ramblas y pierde el encanto). Uno de los juegos que podemos hacer con los peques es buscar «tesoros» con la aplicación Geocaching por el camino… nosotros de recuerdo nos llevamos una botella de cristal muy antigua y dejamos otro objeto. La excursión puede durar entre ir y volver con los niños unas 3 o 4 horas.

Después comimos en la misma playa y nos fuimos a La Desembocadura de l’Ebre, Garxal – Riumar y la Isla de Buda… Esta pequeña vuelta con posibilidad de alargarla, si quieres hacer más kilómetros la hicimos en bicicleta a nosotros nos llevó un par de horas para completar parte del recorrido. Aquí el problema es, sin duda, los mosquitos; al Alberto personalmente le masacraron. El lugar está bastante habilitado, con su carril bici, los miradores para poder observar las aves y como colofón El Zigurat que es un mirador de madera bastante espectacular desde el cual se tienen unas vistas extraordinarias de la zona.

Después de éste nos fuimos a La playa del Trabucador, buscamos el puente para pasar desde la parte norte a la sur y desde allí buscamos la playa de l’Eucaliptus. Los que habéis estado allí ya lo sabéis, pero los que como nosotros visitábamos por primera la zona, es bastante impactante poder circular por la playa o muy pegado a ella y poder observar que se puede acampar libremente sin problemas, es un sitio muy concurrido por autocaravanas y furgonetas así que escogimos un lugar tranquilo, cenamos y a dormir….


Pero a media noche…. ¡Mierda! el mar a subido y nos llega el agua a las ruedas… ¡Aaaaahhhh! arrancamos y milagrosamente no patina y podemos salir airosos… seguimos durmiendo….

El lunes temprano, para no molestar, movimos la furgoneta y desayunar apartados y al coger un bache ¡Patapam! perdemos el tubo de escape y se clava el silenciador en una barra, quedando entre la rueda y una barra de la amortiguación…  !El último día perdido! Pero no, llamamos a la grúa y el gruista nos lo arregló allí mismo.

El parte del desperfecto ha sido, el silenciador agujereado y sujeto con alambre, la parte final del tubo retorcido e inservible, pero bueno… podimos quedarnos y seguir disfrutando del día…

El Trabucador es un sitio fantástico pero hay que tener unas pequeñas consideraciones. Cuidado con las subidas de mar, con el viento, y con las zonas en las que si no tienes un 4×4 te puedes quedar atrapado rápidamente.

Aparcada la furgoneta en zona «seca» cogimos las bicicletas y nos fuimos hasta el final del Trabucador que son unos cuantos kilómetros 7 u 8, que entre ir y volver te puede llevar a ritmo de crío unas 3 horas, teniendo en cuenta que hacía un viento bastante fuerte y el piso es arenoso húmedo.

Y por la tarde, a la Bassa de les Olles, cerca de l’Ampolla, que entre varios itinerarios a escoger hay uno de 3 kilómetros muy asequible y que se puede disfrutar de la observación de muchas aves que habitan la zona. Los mosquitos también entran en el plan…

Y ya por la noche de vuelta a casa…

Es un lugar sin dudas para visitar, disfrutarlo y relajarse….

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