Esquí de montaña o skimo, es lo mismo, lo practicamos desde hace un tiempo y si miramos atrás la verdad es que sumamos muchas ascensiones lo que vienen a ser una gran cantidad de inviernos realizando esta actividad.
Empezamos alquilando los equipos, pero era insostenible económicamente, así que un día adquirimos unos equipos de segunda mano tirados de precio. Los utilizamos mucho tiempo hasta que un día dijeron “basta”. Lo curioso es que nos pasó a todos la misma temporada.
Compramos tres equipos básicos, eso sí, esta vez nuevos. Con esta nueva equipación y siendo realistas, con la nieve que tenemos en los Pirineos, gastarte en unas tablas mucho dinero no creemos que sea conveniente, tampoco vamos a ser profesionales del asunto, puesto que las diferencias poco o nada podemos notar con nuestro nivel.
Al que más le gusta es a Násser, pero todos finalmente, también disfrutamos de esa sensación de poder esquiar en nieve virgen, entre montañas nevadas y del silencio fuera de los dominios esquiables. Llegar con ellos puestos hasta las cimas es fantástico, hacer travesías invernales es una opción muy recomendable.
Además siempre que se pueda ir a la naturaleza y a ser posible lo más alejados de la acumulación de gente, sigue siendo nuestra máxima prioridad y la tranquilidad que todo esto proporcional, que nos ayuda a conectar que lo más sencillo y rico que tiene nuestra pequeña existencia.
Esta son nuestras sensaciones y por eso también practicamos este deporte, todo lo que tenga que ver con las montañas, allí estaremos.